Se busca trabajar la relación técnica y estética con el instrumento de la manera mas orgánica posible, para que no se convierta en un proceso largo y tedioso. El estudiante deberá ejercitar sus habilidades a través de discursos musicales que le generen comodidad y disfrute. De esta manera la búsqueda por la excelencia se convierte en una motivación intrínseca al gusto por la música.
Para esto se concertan los ejercicios y el repertorio de acuerdo a las necesidades y gustos del estudiante. La técnica se derivará directamente de los pasajes musicales que ameriten trabajo, y comprenderá la postura, la respiración, la emisión, las uñas y el timbre de manera integral y no separada. Mientrastanto el repertorio buscará introducir los elementos técnicos y estiliísticos requeridos para interpretar una o varias obras que le gusten al estudiante.
El estilo se trabajará de lo más familiar a lo menos familiar, por lo que los repertorios del siglo XIX y XX son un excelente punto de partida para encontrar músicas comprensibles e interesantes para el oído contemporáneo. Deberán considerarse repertorios latinoamericanos y europeos en esta fase.
El trabajo con repertorio del renacimiento, barroco y clasicismo se hará en ese orden, partiendo de lo simple hacia lo complejo y reconociendo la distancia histórico-estética como el mayor reto a la hora de interpretar. En esta fase la técnica y la teoría deben estar afianzadas de manera que pasen a segundo plano y el estudiante pueda concentrarse en la interpretación de las dinámicas, los acentos, el fraseo, las voces y el estilo.