Empezamos la clase con la exposición clara y sencilla del tema que se quiere estudiar, verificando mediante preguntas al alumno el nivel de comprensión de lo que se ha expuesto. A continuación se presentan ejemplos en los que se aplique la teoría o procedimiento, checando nuevamente la comprensión con preguntas al alumno. Si la comprensión del tema no ha sido la esperada, se adopta otro punto de...
Empezamos la clase con la exposición clara y sencilla del tema que se quiere estudiar, verificando mediante preguntas al alumno el nivel de comprensión de lo que se ha expuesto. A continuación se presentan ejemplos en los que se aplique la teoría o procedimiento, checando nuevamente la comprensión con preguntas al alumno. Si la comprensión del tema no ha sido la esperada, se adopta otro punto de vista en el estudio o aplicación de dicho tema, evitando crear confusión. También se le pide al alumno que realice algunos ejercicios guiándolo en el proceso, e indicando los fallos y la causa de éstos fallos, si los hubiera. Así mismo se deja al alumno resolver ejercicios por sí mismo y se le señalan, al final, los posibles errores.
Es muy importante que una clase sea amena (¡ y más de matemáticas !), de manera que se intercalan aplicaciones o anécdotas, o la historia acerca del tema que se esté tratando. Además continuamente se promueve la participación del alumno, involucrándolo y evitando las distracciones.
También es importante promover la seguridad y la confianza del alumno en la resolución de problemas o aplicación de procedimientos.
No se pierde de vista el lugar que tiene el tema en la materia que se esté estudiando, y se indica cuando sea necesario, su aplicación en el tema o temas subsiguientes. ¡ Que los árboles no impidan ver el bosque !
De manera que, considerando todo lo anterior, soy el mejor profesor para el mejor alumno !
Muchas gracias y hasta pronto
Te saluda: Juan