Florencia Juárez

El yoga formó parte de mi vida desde que soy pequeña y ya desde ese entonces, aún sin racionalizarlo, sentía que me hacía bien, porque es un entendimiento corazón adentro, va más allá de la mente.
Quiero enseñar clases de yoga porque es una herramienta para la vida, porque es mi manera de concebir el mundo, es entender que no somos sólo cuerpo, que somos parte de algo mucho más grande.
Adquirí a través de los años un hábito nuevo que es la meditación, la cual me dio claridad mental, me enseñó a respirar de una manera consciente, calmando así los pensamientos.
A través del yoga aprendí a vivir el presente, celebrando los pequeños logros cotidianos.
Sin dudas es una herramienta de autoconocimiento imprescindible para la vida y para los tiempos que corren.
En cuanto a la práctica, llevo más de 10 años practicando yoga. He estudiado con muchos profesores de yoga a lo largo de estos años. Primero fui a clases de Hatha Yoga durante varios años, luego descubrí el Iyengar Yoga, esta práctica me dejó alucinada, porque si no sos flexible o tenés algún tipo de limitación física, esta técnica combina los ejercicios con elementos para poder llevar a cabo las asanas con comodidad. Luego me di cuenta de que tomar clases ya no era suficiente para mí, y ahí apareció la necesidad de enseñar, entonces decidí estudiar y ahora enseño Hatha y Kundalini yoga. En algún momento pasamos de ser alumnos a profesores y es así como se cierra el círculo, la enseñanza se sigue democratizando. He logrado una base física con el Hatha y el Iyengar y ahora estoy profundizando cada vez más en el conocimiento espiritual a través de Kundalini, ya que se basa mucho en técnicas de respiración y meditación.