Alvaro Lopez

Según mi experiencia como tutor, mis clases se componen de la siguiente manera: 30% Teoría, 20% ejercicios guiados, 30% ejercicio del alumno, 10% revisión y retroalimentación.

Ahora paso a detallar cómo realizo cada parte de la clase.

En primer lugar, expongo al estudiante la base teórica de la materia a tratar, mientras voy evaluando el grado de dominio que él tiene sobre los contenidos, siempre con la idea de reforzar y aclarar aspectos teóricos que a menudo son la raíz de la comprensión deficitaria de los ejercicios. Luego de esto, paso a realizar los ejercicios que sean necesarios para exponer de forma ilustrativa los conceptos explicados, buscando que el estudiante forme parte de esta ejercitación. Posteriormente, solicito al alumno desarrollar ejercicios por su cuenta para comprobar si verdaderamente ha desarrollado el aprendizaje esperado, y en caso de no resultar esto satisfactorio, se hace una evaluación para identificar cuál es la raíz de la no comprensión de los contenidos con el objetivo de reforzar esa área.

Finalmente se pasa por un proceso de retroalimentación donde, con el alumno, se busca entregarle herramientas, en base a sus necesidades particulares, que puedan mejorar su entendimiento de los contenidos, ahora bien, en ocasiones dependiendo de las necesidades y/o voluntad del estudiante, se entregan guias para trabajar o se recomienda alguna bibliografía pertinente.

Todo este desarrollo de la clase se realiza con una flexibilidad supeditada a las competencias y habilidades que tenga cada estudiante, también, es importante para mi como tutor, encontrar en el alumno una motivación para que pueda hallar satisfacción en el estudio de conceptos que, a menudo, resultan áridos para muchos estudiantes.