Cuando se quiere comenzar a tocar un instrumento musical surge la disyuntiva de qué instrumento escoger. Para muchas personas incluyendo jóvenes y niños la decisión viene vinculada al amor a primera vista del violín, ya sea porque se escuchó a una niña tocando violín en Youtube (como es el caso de una de mis alumnas), ya sea por qué el sonido del instrumento los enamoró o bien (cómo le pasó a otra de mis alumnas) su abuelo u otro familiar tocaba ese instrumento.
Sea cual sea la razón que se tenga para escoger el violín como instrumento de estudio se debe tomar en cuenta algunas cosas. En mi experiencia he visto en muchos casos que los alumnos terminan frustrados y abandonando el violín. En la mayoría de los casos he visto un patrón general y este es la falta de desarrollo auditivo hacia la afinación.
El violín es un instrumento que no tiene teclas, por lo que la afinación de cada nota va a depender de él buen oído musical del ejecutante. Otro aspecto importante a la hora de escoger el violín como instrumento es que este instrumento es técnicamente complejo, mientras los alumnos del piano ya comienzan a escuchar el sonido agradable del instrumento y pequeñas piezas que va montando ya desde el inicio del estudio, en el violín se pasa un largo período aprendiendo la técnica básica del arco y la emisión del sonido y la correcta posición del instrumento y su ejecución con la mano izquierda.
Pasa algún tiempo antes de que el estudiante sea capaz de emitir un sonido redondo y bello en el violín, es por ello que la disciplina para estudiar el violín es algo fundamental y es una de las características que debe tener el estudiante a la hora de escoger el violín.
Existen para los más jóvenes algunas otras cosas para tomar en cuenta, los niños van a necesitar un instrumento más pequeño y en la medida que vayan creciendo van a tener que ir cambiando los tamaños del violín. Desde un cuarto, un medio, tres cuartos hasta llegar al violín completo (dependiendo del tamaño del niño o joven). Esto implica un gasto para los padres, un gasto que es necesario si se quiere que los niños y jóvenes estudien con un instrumento que se ajuste a su cuerpo. Si el violín no es acorde con el tamaño del estudiante se reduce el avance, se complica el estudio y se reduce el placer al tocar el instrumento.
Dicho todo esto también hay que decir que muchas personas terminan deseando tocar el violín por el amor a ese sonido tan espectacular que produce nuestro instrumento. Es por todo lo antes descrito qué mi recomendación, es que antes de iniciar el estudio en el violín se busque la asesoría de un profesor de violín, que rápidamente le puede hacer corto un test para detectar cómo ésta su oído musical y en caso de que le cueste reconocer la altura de los sonidos le puede recomendar el estudio apropiado para el desarrollo de esta cualidad tan necesaria al momento de estudiar el violín.
Finalmente, pienso que siempre que una decisión es tomada desde el amor al instrumento (esa conexión íntima que se produce cuando se toca o se quiere tocar violín), esa va a ser la mejor guía hacia el desarrollo de la disciplina necesaria para este estudio.