Las ventajas del mundo online en las clases particulares.

Debido a estos tiempos de COVID, confinamiento y de evitación de lugares a donde ir, internet se ha convertido en un aliado básico a la hora de realizar la mayoría de actividades de nuestro día a día. En particular, la formación online ha sufrido un acelerón, uno que hace años el sector estaba pidiendo a gritos.

No solo se habla de cómo las empresas de formación se frotan las patitas con este boom de lo online, sino que también debemos constatar cómo ha dejado en evidencia la falta de medios, conocimiento y ganas de gran parte de los centros educativos, tanto públicos como privados y de distintos niveles.

Es más que palpable la falta tan absoluta de adaptación que han sufrido los institutos o los colegios, pero más aún si cabe el ridículo a las que las Universidades de nuestro entorno se han sometido debido a su falta de inteligencia para responder a las necesidades imperantes de una situación tan excepcional.

La formación online. Profesores particulares conectados.
La enseñanza online tiene más ventajas que desventajas, y no solo para el alumnado sino para el profesorado. Este post se centrará sobre todo en lo que realmente aporta en el entorno de las clases particulares a nivel universitario.

Lo positivo de dar una clase online para un estudiante está básicamente relacionado con la disponibilidad de la información. El alumno o la alumna puede desde su casa dar la clase cómodamente e incluso grabarla y poder verla cuando se le antoje. Esto es claramente una ventaja para aquellas asignaturas en las que hay un procesamiento matemático detrás, ya que permite al alumnado realizar el re-visionado de la lección e incluso poder transcribir todo lo que su profesor va explicando.

El punto fuerte para el profesor particular es que puede impartir la asignatura compartiendo su pantalla y desde casa: hay un acompañamiento visual a las palabras del docente. Esto si va ligado al uso de programas como excel, word, powerpoint o spss enriquece mucho más la experiencia de aprendizaje. Otra ventaja de esto es que el profesor puede generar material personalizado para el estudiante que puede reutilizar en clases posteriores de las mismas asignaturas.

El punto débil para el alumnado, como siempre, es la brecha digital. No todo el mundo dispone de una conexión a internet lo suficientemente potente como para poder seguir las clases, o simplemente, no dispone de internet o de un dispositivo al que conectarse.

Las desventajas para el profesor están relacionadas con su conocimiento. No todo el mundo tiene un manejo excesivo de paquetes informáticos como puede ser office o de programas más específicos como el R, SPSS o PSPP, programas que en la actualidad se suelen enseñar en las aulas universitarias.

Para concluir, si bien es cierto que una crisis es una crisis, en la medida de nuestras posibilidades hay que saber adaptarse al entorno que nos rodea y poder seguir ofreciendo servicios de calidad a los estudiantes.

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