Este va a ser el verano en el que podrás a prueba si tienes esa “vocación docente” de la que tanto has oído hablar, y lo vas a hacer convirtiéndote en profesor particular en verano. ¡Bienvenido al mundo de la docencia particular!
Puede que esta haya sido una decisión premeditada y que haya salido de ti la idea de convertirte en profe particular de tal o cual asignatura; o puede que la propuesta de dar clases particulares haya venido como sugerencia de algún conocido que te haya planteado la posibilidad dar clases de apoyo a su prole…
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Bueno, sea como sea, la idea te ha seducido hasta el punto de valorarla como positiva y de ponerte a la tarea de dar tus primeras clases particulares coincidiendo con tus vacaciones de verano.
Ilusión, emoción, nervios (y supuestos de cuanto podrías llegar a ganar o tal o cual número de alumnos) forman parte de la experiencia de ser profesor particular en verano, pero antes de ponerte a la tarea hay unas cuantas cosas que deberías saber…
Cosas que deberías saber si vas a ser profesor particular en verano…
Las clases “informales” son las que requieren de más preparación
“No te compliques demasiado en las clases” “No hace falta que te prepares mucho mis clases”. Típicas frases de quien busca un profesor particular en verano, sobre todo, entre los amigos. La realidad es que no hay nada peor que llegar a una clase particular y no saber por dónde empezar o qué hacer.
Así que, sí, por mucho aspecto “informal” que les quieras dar a tus clases, recuerda preparar muy bien lo que vas a dar en cada clase. Solo los profesores mejor preparados son capaces de dar clases que parecen improvisadas…
Hay alumnos que te creerán la fuente de todo conocimiento
¿Me ayudas con los deberes de Matemáticas? ¿Me orientas para completar estos ejercicios de inglés? ¿Me puedes asesorar para rellenar este formulario? Para muchos alumnos, tener profesor particular quiere decir tener a una persona que sabe hacer y enseñar de todo. ¡Un sabio en toda regla!
Cuidado con convertirse en un profesor todoterreno, porque quien de mucho sabe, de nada profundiza. No tengas miedo a decir que “no” cuando la solicitud no entra en tus competencias.
Un buen profesor suele ser el que está especializado en campos concretos.
A más calor, menos concentración
Como estudiante seguramente que esto ya lo sabías, pero es una verdad que también se aplica a los profesores. ¿Qué quiere decir esto? Que procures concentrar tus clases en las horas en la que el calor es menor o, por lo menos, que las clases más “densas” las organices en torno a las horas en las que las temperaturas son más amables, tus alumnos lo agradecerán, pero tú aún más.
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Ten en cuenta los desplazamientos para organizar tus clases
Es verano y las ciudades están desiertas… No, no queremos recrearnos en el hecho de que tú estés trabajando de profe particular mientras que el resto del mundo está en la playa, pero sí que deberías tener en cuenta cómo cambian los traslados en verano en las grandes ciudades.
Si dependes del transporte público, organiza tus clases para que no tengas que perder mucho tiempo esperando el medio que te llevará a tu destino, y haz lo propio si es tu alumno el que tiene que desplazarse.
Si te mueves en coche, en cambio, puede que tengas alguna facilidad añadida, es una de las pocas ventajas de estar en la ciudad en verano. Todo este tipo de cosas influirán a la hora de poner precio a tus clases.
Las dudas son parte de la experiencia docente
¿Y esto cómo era? ¿Esto otro cómo lo entenderá mejor mi alumno? Los alumnos tienen dudas y es algo positivo porque forma parte del proceso de aprendizaje, pero para un profesor particular en verano que comienza a adentrarse en el bonito mundo de las clases particulares (y también para uno avezado en estas lides) las dudas también son habituales. El secreto es saber gestionarlas y aprender de ellas.
¡Incluso de los errores es posible aprender! Así que no tengas miedo si te equivocas. No es necesario que “busques” las dudas o los errores, pero tampoco es necesario que te martirices si en alguna ocasión te equivocas, incluso si son tus alumnos los que te corrigen…
La avalancha del 16 de agosto…
No te relajes pensando que dar clases particulares en verano es una balsa de aceite gracias a que no hay muchos alumnos. No habrá muchos alumnos al principio, pero una vez que los exámenes estén a la vuelta de la esquina, después de la primera quincena de agosto, la demanda de clases particulares aumenta.
Saber cual es el mejor momento para empezar a dar clases particulares no es complicado. Si te empiezan al llegar propuestas de clases de última hora, gestiona bien tu tiempo y organízate para que la llegada masiva de alumnos de última hora no te supere…
Si has sido un buen profesor es normal que tus alumnos te hayan recomendado a sus conocidos, pero quizás no te convenga aceptar sistemáticamente a todos los alumnos, sino valorar tu tiempo y tu disponibilidad.
También es aconsejable que valores la factibilidad de los aprobados de estos alumnos de última hora, tal vez no te merezca la pena reducir tu porcentaje de alumnos aprobados…
Las clases no se terminan al terminar el verano
Quien empieza como profesor particular en verano se encontrará casi desde el primer día con una fecha de finalización de las clases, que coincidirá con la fecha del examen o con la vuelta a la rutina.
Pero no hay que confundir esto con el fin de una etapa, los mejores profesores particulares mantienen a buena parte de sus alumnos una vez que terminan las clases de verano.
Además, una vez que se comienza como profesor particular y que se descubre qué significa ayudar a otros gracias a tus clases es difícil dejarlo...
Ahora que ya sabes esto estás un poco mejor preparado para dar clases particulares en verano. ¡Mucho ánimo y mucho éxito!