Saber estudiar no es tarea sencilla. Hay que dominar una serie de habilidades: saber organizarse eficazmente, tener un buen nivel de concentración, memoria y sobretodo comprensión, saber seleccionar lo más importante, saber plasmar en el examen todo lo que hemos aprendido, etc.
Con los años iremos aprendiendo recursos y técnicas que nos ayudaran a descubrir nuestro mejor método de estudio, el que nos va bien a nosotros. Pese a ello, no existe el método perfecto de estudio, pero en este artículo te muestro algunas estrategias y recomendaciones que te pueden servir de ayuda.
1. Tener tu propia zona de estudio
Lo primero será encontrar una zona tranquila y cómoda donde podamos desplegar nuestros apuntes y empezar a estudiar. Lo más idóneo será un escritorio, con buena iluminación y donde nadie te pueda molestar.
2. Eliminar los distractores
Si no vamos a necesitar el móvil, lo mejor será dejarlo en silencio y apartado de nuestra vista. ¡Y nada de estudiar con la televisión de fondo!
3. Haz una lista de tareas
Antes de empezar, márcate en una lista todo lo que quieres hacer esa tarde/mañana de estudio. Es importante ser realista con las tareas, apuntar lo que te gustaría hacer esa tarde pero valorando si tienes el tiempo suficiente.
Si somos demasiado ambiciosos y después no cumplimos con lo marcado en nuestra lista, podemos sentirnos un poco frustrados. Así que, sé ambicioso pero realista. Conforme vayas realizando las tareas, táchalas de la lista y siente esa satisfacción interna de ir avanzando.
4. Marca tiempos de descanso
Hacer descansos de 5 o 10 minutos cada 50 minutos de trabajo. En estos descansos nos irá bien un poco de movimiento. Levantarnos e ir a buscar un vaso de agua, estirar un poco las extremidades y si es necesario, ir al baño. Estos minutos de descanso serán muy beneficiosos para poder despejar la mente y mantenernos así más concentrados para la siguinte tanda de estudio.
5. Resúmenes o esquemas
Primero leeremos todo el tema para hacernos una idea global. Después ya podemos empezar a realizar resúmenes. Utiliza diferentes colores, rodea las palabras más importantes, añade flechas...que sea lo más visual posible para que con una simple mirada, sepas donde está cada cosa. Esto nos servirá para hacernos un esquema mental en nuestra cabeza y sea mucho más fácil recordar los conceptos a la hora del examen.
6. Evalúa tus progresos
Una vez hayas estudiado el temario, si tienes esta opción, te puede resultar muy útil que otra persona te pregunte el tema que acabas de estudiar. Así podrás observar si realmente te lo sabes o no. Esta es una manera fantástica de ver en qué apartados tienes que invertir más tiempo y ver cuales llevas mejor. Además es un procedimiento muy eficaz para consolidar lo aprendido.
¡Estas acciones son muy sencillas de aplicar y pueden marcar una gran diferencia en tus resultados académicos! Y ya sabes, estudiar no es tarea fácil, pero con esfuerzo y paciencia siempre hay recompensa.