El Sistema Educativo: Institutos y Selectividad

Lo sé. Muchos diréis que ya no se llama así. El nombre es lo de menos. Cada vez que entre un gobierno nuevo se empeñará en crear una reforma educativa que le cambie el nombre, por lo que he recurrido al nombre que todos o casi todos conoceréis: la Selectividad.

Esa prueba que para muchos es injusta, nos ayuda a determinar la carrera que queremos estudiar. La preparación durante los años de Bachillerato es fundamental, y es el objetivo que sobrevuela la cabeza de todos los alumnos que desean tomar estudios universitarios.

No voy a entrar a valorar si es justa o injusta. Sólo creo que debe de haber una manera de que los estudiantes pasen una prueba en la que demuestren su nivel. Debería ser una prueba única, igual para toda España? Sería lo más razonable, en mi opinión. Pero voy a centrarme en lo que supone para todo el sistema.

Aunque mi trabajo es a nivel universitario, me encuentro con alumnos de segundo de bachillerato que solicitan mi ayuda. El patrón de todos ellos es similar: chicos/as responsables, con las ideas claras, centrados, que encuentran problemas en matemáticas o física a este nivel. El agobio por la cantidad de materia de Segundo de Bachillerato les hace pedir ayuda externa, ya que no la encuentran en sus propios centros.

Suelen ser chicos con síntomas de ansiedad, que duermen poco y que están sometidos a una presión inusual. Desde los institutos se les martillea con la idea de la importancia del año que están cursando, y se les vende la idea de que, poco más o menos, su futuro depende de ello. Pediría a los profesores de esos institutos que recuerden que los alumnos tienen 17-18 años, y deben disfrutar también de esa edad. Les pediría a los institutos (dirección) que no presionaran a sus profesores, porque esa presión se transmite al alumnado. Pediría a quien corresponda de entidades superiores que no se premie o castigue a los institutos con mejores o peores notas en las pruebas de acceso a la Universidad.

Entiendo que los institutos, públicos o privados, tienen que mantener un prestigio. Dicho prestigio se fundamenta, por lo que parece, en estos últimos tiempos, primero en rozar el 100% de aprobados en Selectividad y luego que éstos, tengan notas altas, accediendo a buenas carreras. Esto está provocando que Segundo de Bachillerato se haya convertido en un curso de mera y exclusiva preparación para la Selectividad. El temario empieza a deformarse y se incide más en aquellos conceptos o ejercicios tipo que suelen poner en selectividad. Disponer de exámenes de años anteriores se antoja fundamental, sesgando en gran medida el nivel y cantidad de conocimientos del alumno.

Por otra parte, las notas de bachillerato quedan infladas en los casos que considera el centro: chicas/os que quieren estudiar carreras con altas notas de acceso ven en ocasiones cómo sus notas en algunas asignaturas suben "milagrosamente" respecto a sus calificaciones durante el año.

Con todo esto, el alumno alcanza su nota y llega a la carrera que deseaba. En la Universidad, de la que en otro post hablaremos, algunos conceptos se dan por sabidos.....se entiende que ciertos temas deberían haber sido explicados en Segundo, cosa que no es así (en segundo se ha estado más preocupado de preparar la selectividad).

Cuál es el resultado? Fracaso en el primer año en la carrera, segundas matrículas y academias o profesores de apoyo.

Al final quién paga el pato? El alumno. El elemento de esta ecuación que debería ser el más importante se convierte en un actor secundario, un agente que sufre los efectos de una serie de decisiones tomadas en beneficio propio del resto de protagonistas.

¿Alguien va a cambiar esto?