Por la actual pandemia, el que un colegio o universidad este cerrado no quiere decir que la educación este suspendida, porque, según afirma Julián de Zubiria, las escuelas -y en nuestro caso, las universidades- no se hacen solo con ladrillos [SIC], sino con profesores que forman a los jóvenes, niños o adultos. Sin duda, el uso de entornos virtuales para Docentes Universitarios se ha convertido en un desafío por todo lo que implica. Es posible que existan docentes universitarios de la “vieja escuela”, acostumbrados tan solo al tablero físico y reticentes al uso de entornos digitales o plataformas virtuales.
El actual cambio de paradigma no solo lo ha vivido Colombia. Es un cambio que ha afectado a toda la humanidad y que nos obliga a adaptarnos. Si como docentes no nos seguimos capacitando en el ámbito tecnológico y el uso de herramientas informáticas modernas, estaremos en desventaja ante los alumnos, que en ocasiones tienen mejor consolidadas las competencias digitales. En situaciones normales el docente se sentía cómodo en el aula, pues semestre a semestre estaba acostumbrándose a moverse en su espacio y a responder preguntas surgidas del tema por los estudiantes. Dice de nuevo Zubiría: “no son mejores instituciones educativas, las que tienen más metros de construcción, sino aquellas que tienen un mejor clima de convivencia entre los estudiantes, docentes con mejor formación y que cuentan con rectores que ejercen liderazgo pedagógico de calidad”. En estos nuevos Entornos Virtuales es necesario una rápida adaptación por parte del docente con el objetivo de lograr un buen clima de convivencia entre los estudiantes y profesor. Anteriormente debíamos alistar el material para la clase, el marcador, borrador y algunos apuntes. Ahora, debemos iniciar sesión en Moodle, en el correo, buscar el vínculo a Google Meets (o a Zoom, o a cualquier otra plataforma), encender la cámara y el micrófono alistar nuestro ambiente de trabajo y luego ingresar a nuestra clase. Todo esto trae unos retos particularmente especiales según lo adelantado que se esté en el manejo de las tecnologías.
Aparte, el reto de estar en el lugar que llamamos hogar y “abrirle la puerta” a los estudiantes, nuestro nuevo ambiente laboral es también expuesto a su constante análisis. Ellos se fijan en todo lo que nos rodea. Observan los detalles, perciben como tenemos organizado nuestro entorno, nuestro computador (si les compartimos pantalla), si en nuestro hogar nuestra familia habla, ríe, escucha música, etc. Todo ello quizás juegue a nuestro favor. Por tanto, la pedagogía usada, los métodos de enseñanza innovadores serán fundamentales para la obtención en ellos del conocimiento que queremos transmitirles. Aún nuestra apariencia personal, el ruido de fondo si tenemos ordenado, si tenemos ruidos de fondo, si estamos concentrados en la clase, si nos interrumpe nuestra familia son aspectos que aunque antes no teníamos presentes, ahora cobran relevancia y son agentes silenciosos en la enseñanza que les damos a nuestros queridos estudiantes.
Anteriormente, al impartir nuestras clases en el aula bastaba solamente con dar un vistazo global a los estudiantes para percibir si habían captado el tema, su interés o hasta su estado de ánimo y tantas otras características que se comunican con el lenguaje no verbal. Un nuevo desafío que traen los Entornos Virtuales para el docente es la comunicación con los estudiantes, Lograr percibir aquellos detalles que antes percibíamos a simple vista. Es posible que haya un estudiante tímido o deprimido que no participe tanto como otro con una personalidad mas extrovertida. Es por ello que debemos adaptarnos a esta nueva era. Preocuparnos por el desarrollo integral de nuestros estudiantes y trabajar en equipo con ellos para lograr un ambiente educativo que permita lograr el objetivo de formar personas criticas y con conocimiento. Se requiere un verdadero esfuerzo para lograr cumplir eficazmente con nuestra labor de docente y quizás esta cuarentena sea la oportunidad.