Una clase de canto es un espacio en donde aprendemos a reconocer cuál es nuestro instrumento. A diferencia de otros que podemos adquirir en una tienda de música, la voz cantada es parte de nuestro cuerpo. Aprender a conocerla, a utilizarla y a ejecutarla como un instrumento musical son procesos que suceden en simultáneo.
Encuentro importante trabajar los siguientes aspectos. La respiración consciente, la disposición de la musculatura corporal, la articulación del maxilar y la percepción del tracto vocal.
Entiendo por respiración consciente considerar que cantar no es solo emitir sonido. Cantar es un proceso que comienza en la inspiración.
Cuando me refiero a la disposición de la musculatura hablo de tener un cuerpo presente. Un cuerpo activo listo para cantar. Hay quienes dicen estar relajados pero esto puede llevar al mal entendido de un cuerpo sin la tonicidad necesaria.
La articulación del maxilar es registrar la apertura de la boca. Registrarle de manera consciente. Entender que el maxilar tiene un movimiento y que este es independiente de otras dinámicas que puede realizar la musculatura facial.
En relación a la percepción del tracto vocal, me refiero a percibir el trabajo interno del tracto. La propiocepción. Entendemos la forma que tiene una guitarra y, por si no lo sabíamos, te cuento que en gran parte es causa de su timbre. Así cada instrumento. Nuestro timbre también se configura y se completa con armónicos en nuestro resonador.
Así también nuestra voz se ve afectada por las emociones y los estados de salud. Resulta frecuente que en una clase sea necesario conversar acerca de cómo nos sentimos. Para poder contemplar durante el proceso de la clase qué actividades hacer y qué disposición tiene el cuerpo para realizarlas.
Cantar es hermoso. Es un proceso que requiere atención y paciencia. Conocerse para conocer el instrumento y aprender a utilizarlo de una manera saludable y eficiente.