Cuando tenemos que hacer algo importante notamos que nos ponemos tensos, que en nuestro organismo se desata cierta ansiedad, la cual hace surgir la idea de peligro, como, por ejemplo, hacer el ridículo, no estar a la altura, ser el centro de atención, etc. Este tipo de pensamientos nos generan temor y nos llevan fácilmente a intentar eludir aquello que teníamos que hacer.
El miedo escénico en realidad no es sino la ansiedad generada por alcanzar el resultado deseado, teniendo que interactuar de alguna manera con el resto. Esta ansiedad podría bifurcarse de dos maneras, sintiéndola en la propia situación, es decir, cuando la ansiedad se desencadena durante el transcurso de dicha situación o cuando aparece previamente a la situación en sí misma, en forma de temor. En la mayoría de los casos podríamos asegurar que esta anticipación es la que nos genera mayor sufrimiento.
La ansiedad por miedo escénico es una afección sin mucha importancia que normalmente no requiere ningún tipo de intervención terapéutica, a excepción, claro está, de cuando dicha ansiedad nos genera conductas de evitación tan generalizadas y sistemáticas que nuestra vida se rodea de constante sufrimiento.