Metodologías aplicadas en diferentes etapas del desarrollo deportivo

Para lo que representa el deporte en la actualidad, como medio de desarrollo integral en nuestra niñez y juventud, se tiene que seguir pautas de trabajo propias para cada edad de los participantes de un programa deportivo. Las transiciones que van desde una etapa cero, infantiles pre deportivos, pasando luego por la iniciación del deportista hasta llegar finalmente a la etapa de competencia, tienen variaciones notables en el modo de trabajo tanto es así que de ello depende el éxito en los procesos de formación, selección y proyección de los deportistas.

El trabajo con infantiles pre deportivos pasa más por afianzar y consolidar el correcto desarrollo de las habilidades motrices básicas para con esto crear los esquemas motores que cimienten la base para la técnica deportiva, además de trabajar los aspectos cognitivos, conductuales y afectivos de los menores.

La metodología más empleada para esta etapa es la que combina lo lúdico con lo psicomotor, tanto es así que el alumno más aprende jugando que repitiendo una y otra vez los mismos ejercicios, claro está que así también el método de repeticiones, analítico, es importante mientras no se tengan los esquemas correspondientes para la habilidad motriz que se desea el niño adquiera. Esta etapa comprende las edades desde 2 a 7 años, con lo cual en edades posteriores de identificarse déficit en el aprendizaje motor y desarrollo psicomotor correspondería un proceso de reeducación en las habilidades del evaluado.

El trabajo con deportistas en iniciación está más dirigido a desarrollar tanto el potencial físico como las destrezas necesarias para el desenvolvimiento efectivo del deportista en cuestión, además de tener en cuenta el adecuado nivel de control emocional que debe desarrollar para sostener el proceso de entrenamiento y la posterior competencia.

La metodología a emplear para esta etapa sería una que desarrolle equitativamente todas las capacidades condicionantes y coordinativas que impliquen el deporte elegido, todo va ha pasar por una adecuada planificación del entrenamiento y la selección del modelo que más se adapte a ese deporte, así como también de las necesidades adaptativas para el acondicionamiento físico, las cuáles varían de un deportista a otro. Esta etapa comprende las edades desde los 7 hasta los 12 años aproximadamente, donde podemos ya darnos cuenta como destacan y aparecen deportistas talentosos o con facilidad de aprendizaje de habilidades motrices, así el entrenador cierra el proceso de selección de deportistas natos para competencia tomando en cuenta su desarrollo psicológico tanto como su talento, destrezas y aptitudes.

El trabajo con deportistas de competencia está dirigido netamente a optimizar sus capacidades físicas básicas y complementarias, técnica deportiva (perfeccionamiento) y pensamiento táctico estratégico para su deporte; el conocimiento de sus propios procesos cognitivos conseguidos al mostrar un alto nivel de autorregulación y autogestión queda como eje transversal durante todo su proceso de entrenamiento donde la prioridad será obtener una cantidad elevada de picos de óptimo rendimiento y una eficaz adaptación y recuperación de su organismo ante las cargas exigidas en su preparación con lo cual se pueda traducir todo lo hecho con logros deportivos significativos que puedan redirigir el trabajo a nuevos horizontes de metas y desafíos y la afamada cúspide del máximo nivel de su deporte.

La metodología a emplear debe ser la más especializada siguiendo los patrones implícitos en el deporte a prepararse, los modelos de entrenamiento en esta etapa suelen combinarse según la fase o calendario competitivo, en el cual se tomen en cuenta los tiempos y necesidades del competidor, así como también el control y sostenimiento de los factores psicológicos inmersos en el proceso de preparación. Esta etapa comprende, en algunos casos, aproximadamente los 12 años en adelante hasta el fin del ciclo deportivo, esto puede variar, según sea el caso, de una práctica amateur o bien profesionalmente, se toma en cuenta en esta etapa cada uno de los eventos y escenarios que puedan atañer la integridad física o psicológica del deportista pudiendo aparecer vacíos, durante un lapso de la vida deportiva, los cuales deben servir para recuperar y devolver al deportista a sus actividades, pasando por un proceso de readaptación y posterior retomó de rutinas.

Al tomarse en cuenta cada uno de estos aspectos no solo se logra a plenitud el desarrollo tecnico como deportista sino también su desarrollo personal y actitudes hacia el continuo mejoramiento.

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