Para ser profesor particular no hace falta ninguna carrera ni ningún estudio. Lo único que hace falta es tener conocimiento y ganas de difundirlo entre tus alumnos. Esto algo que se dice muy rápido pero que llevarlo a la práctica es muy complicado.
Empezá a dar clases particulares
Un gran profesor particular debe tener años de experiencia y mucho empeño en su profesión. Aún así una carrera siempre ayuda. Magisterio o pedagogía pueden servirte para dar clases a niños pequeños y en niveles superiores cualquier especialización te dará los conocimientos que necesites.
Fuera de las clases típicas de los colegios reglados el mundo es muy grande. Y por ejemplo, si quieres dar clases particulares de algún instrumento o alguna asignatura que no se estudie en los colegios tendrás que buscarte la formación como buenamente puedas.
No hay ningún estudio que en pocos meses o pocos años te habilite para ser profesor particular. Pero si que hay una serie de consejos que si lo aplicas bien te pueden valer lo mismo que un buen curso.
Especializate en algo
Si quieres conseguir alumnos para clases particulares es importante que marques la diferencia con el resto de profesores y sobre todo que cubras las necesidades de algún alumno con tus conocimientos y la forma de transmitirlo. Hay muchos alumnos que necesitan ayudas específicas en cosas muy concretas y debe haber un profe para cada uno de ellos.
Anúnciate y capta alumnos rápidamente
Cuando hablamos de especialización en muchos casos pensamos en materias. Y, sin duda, es una gran forma de especializarse. Pero hay que pensar un poco más allá para impartir clases particulares.
Por ejemplo, si ya eres profe de inglés siempre puedes ser especialista en personas que quieren sacarse exámenes oficiales o en otras que quieren dar clases de conversación. Eso se puede plasmar perfectamente a la hora de anunciarse como profesor particular. Piensa en algo muy concreto de la materia que impartes y escríbelo con gancho.
Consigue las mejores herramientas para profesores particulares
Es importante que enseñes, cómo lo enseñas y con qué lo enseñas. Debes tener todo un arsenal de materiales y herramientas. Las mejores del mercado, tanto digitales como analógicas. No estamos hablando de cosas caras ni grandes tecnologías, hay veces que con un buen libro de fichas y ejercicios creado o recopilado por ti es más que suficiente.
Pero además, las herramientas no solo son cosas materiales. También conocimientos, formas de enseñar, técnicas y tácticas que hacen que tu forma de transmitir un conocimiento sea única e infalible. Algo que se puede aprender de otros profesores o de ti mismo con el paso del tiempo.
Innova sin miedo
Las clases particulares son un caldo de cultivo perfecto para la innovación educativa. Poder tener toda la atención de un alumno durante un periodo de tiempo y evaluar el efecto de cada cosa que hagas al instante es increíble. Aprovecha para hacer las cosas más atrevidas.
Además, cada alumno es un mundo y cada uno tiene una receta distinta para que la educación funcione. Así que tendrás que ir probando cosas hasta dar con el clavo. No tengas miedo y pon en marcha cosas que en las clases normales no se pueden poner.
Desarrolla tu lado más humano
Un profesor particular se enfrenta todos los días a estar delante de un alumno y mirarlo a la cara durante varias horas. Si no aprendes a empatizar no irás a ningún sitio. Además la mayoría de alumnos que contratan profes particulares están en una situación complicada.
Y los que no lo están también necesitan cariño y empatía para aprender. La única forma de aprender de verdad es viendo que enfrente de nosotros hay una persona que tiene sentimientos y que quiere que aprendamos. El desdén y la superioridad no llevan a ninguna parte.
Por suerte o por desgracia estas cosas no se aprenden en ninguna parte. Hay que irlas adquiriendo con el tiempo y sobre todo prestando atención a aquellas personas que tenemos delante y que no rodean.
No es casualidad que mucha gente piense que desde que son profesores son mejores personas. Lo cierto es que es una profesión que te obliga a escuchar, empatizar y cubrir las necesidades de tus alumnos. De alguna forma cuidarlo aunque sea por un corto periodo de tiempo.
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