En mis 25 años trabajando como profesor habré repetido estas palabras miles de veces: en esos momentos, durante la clase, que dejas para que los alumnos practiquen lo que acabas de explicar; cuando terminas de dictar un ejercicio; cuando observas que no ha quedado claro algún concepto; cuando entregas corregida la última prueba de evaluación; cuando encuentras a alguien pensativo, casi llorando, apartado en un rincón; cuando te contestan de malas maneras ante una simple llamada de atención...
¿¿Te puedo AYUDAR??
AYUDAR es una palabra clave en mi actividad como educador.
AYUDAR a crecer, AYUDAR a madurar, AYUDAR a entender, AYUDAR a compartir, AYUDAR a ser solidario, AYUDAR a aceptar los errores, AYUDAR a asumir las decepciones, AYUDAR a decidir, AYUDAR a creer en uno mismo, AYUDAR a ser paciente, AYUDAR a esforzarse, AYUDAR, en definitiva, a SER PERSONA, una GRAN PERSONA.
Ese es mi propósito. Da lo mismo que la actividad se realice en un gran colegio o en el domicilio de alguien que necesita un refuerzo. Da lo mismo que la persona tenga grandes cualidades para el estudio o que sea alguien que presenta enormes dificultades de aprendizaje. Da lo mismo que desee llegar muy lejos o que no muestre ninguna motivación para ponerse delante de un libro.
Voy a aprovechar las primeras entradas de este blog para reflexionar sobre frases que han marcado mi vida en la enseñanza. Seguro que no soy el único que se identifica con ellas. Seguro que no soy el único que AMA su profesión; que DISFRUTA dando clase; que SIENTE PASIÓN por lo que hace; que, siendo consciente de la responsabilidad, PREPARA para la vida.
¿¿Te apuntas??