El Monje Calabaza Amarga, Zhu Ruoji, Daoji,… Shitao (1641 – 1707), es sin duda una de las figuras más significativas y atractivas de la pintura oriental. A este pintor y calígrafo chino, se le reconoce por su «Discurso acerca de la Pintura», uno de los tratados más emblemáticos que se han escrito sobre la pintura de tinta china o sumi-e.
La obra de Shitao no solo es singular por su lenguaje sintético o por su capacidad para transmitirnos la verdad de su autor, sino porque más allá de intereses estéticos o técnicos se adentra en lo más profundo de lo que los occidentales quizá atinaríamos a definir como alma humana.
El «trazo único del pincel», al que el autor se refiere como el origen de todas las cosas y la raíz de todos los fenómenos, es la idea que nos nutrirá y nos guiará a lo largo de sus 18 capítulos. Y más tarde, continuará probablemente acompañándonos, a lo largo del resto de nuestra existencia.
Una idea sorprendente, un lugar de encuentro más que un concepto que nos reta y nos incita, aún trescientos años después de haber sido escrito, a intentar comprender la relación que existe entre la pintura y el sentido de nuestras vidas.
En el trazo único del pincel se nos revela la búsqueda íntima de la verdad universal de Shitao que resuena también a través de las inscripciones de muchas de sus obras y que podemos constatar a lo largo de una existencia errante, jalonada de inseguridad y contradicciones, aunque también de consideración, reconocimiento y prestigio.
Se trata de un texto para degustar despacio, releer un sin fin de veces y descubrir con cada nueva lectura, un motivo diferente para disfrutar pintando con tinta china; sin pretender otra cosa que sentir en nosotros mismos la resonancia del motivo representado, el "ritmo espiritual" y del "movimiento de la vida" que guiado por nuestro corazón, el pincel se encargará de plasmar sobre el aterciopelado papel oriental a través de la tinta china.
Un camino que te invito a transitar, en el que me encantaría que me permitieras acompañarte.
Guillermo de Vicente