Quiero hacer referencia a una composición musical tachada ingratamente por varios musicólogos como "producto de ineptitud sin gracia" y "tontería sentimental de salón". Desconozco la razón de estas definiciones (no he llegado a tener material más profundo para estudiarlas) aunque, una de estas frases fueron promovidas por Arthur Adolph LOESSER (1894-1969).
Dicen que cuando mueres, realmente pasas al olvido cuando ya nadie te puede recordar. El ser humano tiene la capacidad de crear cosas magnificas y, es eso, por lo cual puedes permanecer vivo y sin la necesidad de que alguien te haya conocido personalmente. Algo increíble. Ahora bien, crear algo "magnífico" para muchos puede significar perfección, inteligencia, amplitud, etc. Para otros (como yo), algo "magnífico" es cuando te mueve el corazón mil veces por minuto y logra cautivarte, emocionarte, sentir que tocas el cielo.
Personalmente creo que Mozart, es la música de Dios; pero por ejemplo Beethoven, es la representación del hombre hablandole a Dios. Estos compositores junto a muchos más, han logrado trascender, porque motivan el espíritu y logran lo "magnífico" en el sentimiento humano.
En el caso del musicólogo Arthur Adolph LOESSER (quien además fue pianista y escritor), definir una composición como "producto de ineptitud sin gracia" es para mi (un simple mortal), como decir que "el agua es horrible porque no tiene sabor". Entiendo probablemente que un musicólogo de esta naturaleza y al describir una pieza musical con esos adjetivos, haya sido producto de un estudio que divulgó no una forma grandiosa de composición musical u obra magnífica matemáticamente, sino una simple composición y comparándola con obras de altísimo nivel.
Todo esto hace referencia a una pieza musical de la cual fui testigo en mi niñez y sin lugar a dudas, muchos profesionales de la enseñanza musical de mi generación y anteriores la reconocerán. Es una pieza hoy olvidada y casi muerta. En mi infancia jugó un rol importantísimo y tan solo por su sencillo carácter de ser "magnífica". Son esas piezas musicales que al estar olvidadas y casi muertas, indudablemente quien la oiga, estará obligado a conocer más de ella porque, sencillamente es atrapante, cautivadora y te mueve hasta el infinito.
Es increíble e inexplicable como una pieza musical con tanto poder, es capaz de morir en el olvido. Más aún inexplicable, es la devoción de millones de personas por esta obra en ciertos años, hasta el punto tal de haber sido una de las piezas musicales más vendidas en formato partitura.
Aquí en Uruguay tuvo su época y luego se desvaneció completamente, aunque soy consciente que en la actualidad es conocida un poco en Australia y Japón. Quizás atando cabos, pueda conformarme la idea de que a Arthur Adolph LOESSER en su actividad militar como norteamericano en Japón, se haya cansado de oir esa sencilla obra musical por todos lados (y de ahí que algo tan sencillo pero "magnífico", le permitiera desarrollar esa crítica nefasta).
Cuando Usted lector, pueda escuchar esta composición, sin dudas le moverá su corazón y sin dudas quedará motivado a querer saber mucho más sobre el autor. Sé muy bien de lo que hablo y sin dudas, los de mi generación estarán de acuerdo totalmente.
Esta sencilla composición musical, fue compuesta por una mujer. Esta composición marcó su corta carrera musical, pues como ya lo había comentado, ha sido una de las obras que más se ha vendido e interpretado por muchos en todo el mundo. Y sin embargo, hoy está olvidada.
Su compositora, falleció muy joven a los 27 años de edad y tan solo llegó a escribir 35 obras musicales. Nació en 1829 con nacionalidad polaca. Su nombre: Tekla BADARZEWSKA.
Si algún día escuchas Plegaria de una Virgen (1856), de seguro sentirás que tocas el cielo y pensarás en quienes fueron capaces de definir esa composición como algo "sin gracia". Estarás ante algo sencillo pero "magnífico", algo agradable pero "estupendo", algo original pero "potente".
Solo resta que estas palabras lleguen a otros profesionales de la música y trasladarles la necesidad de revivir esta pieza musical con todo lo que representa en su magnífica armonía.