Han llegado las notas y tu hijo no ha obtenido los resultados que esperabas, es algo normal pero te hace pensar si deberías tomar alguna medida. A veces la alarma no siempre salta ante un suspenso, simplemente ante resultados más bajos podemos preocuparnos.
Es más, si estamos acostumbrados a que nuestro hijo saque buenas notas y de momento hay algún problema, podemos pensar que estamos a tiempo de atajar el problema antes de vaya a más.
Es muy normal pensar que nuestro hijo necesita clases particulares sobre todo en la secundaria, donde la presión empieza a ser más fuerte y un poco de ayuda nunca viene mal. Pero quizás lo mejor sea sopesar algunas cosas antes.
El proceso educativo es algo muy complejo y ser padres en un mundo lleno de dudas, nosotros queremos ponértelo un poco más fácil y darte una serie de consejos en aquello que más nos apasiona.
Un profesor particular nunca le va a venir mal, sobre todo para aprender técnicas de estudio. Pero debemos saber para qué nos haces falta, y para eso debemos detectar el problema que nuestro hijo tiene.
Antes de que empieces a buscar y a comparar precios y disponibilidades. Tenemos que ser capaces de identificar si nuestro hijo necesita dos tipos de clases particulares distintos:
- De refuerzo general: Muy comunes sobre todo en la educación primaria. Es simplemente un profesor a domicilio que le ayude con las tareas y deberes. Muy útil para niños con problemas de concentración o compresión. Las directrices de las clases las marcan desde el colegio y en por la tarde refuerzan lo aprendido. No suelen ser de una determinada materia, sino simplemente les ayudan en muchas cosas.
- De una determinada materia: Para alumnos que tienen dificultades con asignaturas, por ejemplo matemáticas, física o inglés. Son aquellos que necesitan explicaciones específicas, porque no entienden algo o les cuestan algunos temas. Estas clases de repaso suelen ir en paralelo con las del colegio o instituto pero no es necesario. Lo importante es reforzar el aprendizaje y los resultados finales.
Es muy difícil detectar los motivos por los cuales alguien obtiene malos resultados y no siempre estos tienen la misma solución. Los problemas pueden tener tres raíces:
- Factores académicos: En una clase con muchos alumnos es difícil tener en cuenta a aquellos que tienen un ritmo de aprendizaje distinto. Por eso algo de refuerzo en casa puede ser necesario en este caso.
- Factores personales: Algunos factores de salud pueden ser cruciales en edades tempranas. Además la adolescencia trae muchas complicaciones fuera de las aulas que tienen repercusión en estas.
- Factores sociales: Es importante que te asegures de que todo su entorno vaya bien. La familia, los amigos, los compañeros… son factores que afectan mucho al aprendizaje.
Por este motivo lo primero que tenemos que hacer ante unos malos resultados y para saber si nuestro hijo necesita refuerzo escolar es hablar con el tutor y con el profesor de la asignatura en cuestión.
Los profesores del centro son las personas en las que siempre tenemos que confiar en primer lugar, y escuchar atentamente lo que nos dicen. Nadie conoce a nuestro hijo como nosotros, pero no debemos ver como un fracaso las críticas.
¿Sabes cómo buscar un buen profesor?
Nosotros somos los principales responsables de la educación de nuestro hijo, pero debemos ser capaces de confiar en que los demás nos ayuden. Los profesores enriquecen y están de nuestro lado.
Ante las primeras preocupaciones lo primero que debemos hacer es concertar una tutoría. Y para ello debemos seguir una serie de pautas para sacarle el máximo partido:
- Prepara las preguntas. Ten claro los aspectos que quieres tocar, que nada de lo que te preocupa se quede sin resolver y aunque luego tengáis una conversación fluida y no una entrevista como tal, apunta los temas a tratar.
- Que los padres vayan juntos. Lo óptimo para la educación es que todos se impliquen al máximo y dos cabezas piensan más y mejor que una.
- Expresa sin vergüenza todos tus miedos. Es importante que el tutor sepa que cosas te preocupan y él debe escucharte.
- Intenta no interrogar al tutor. Es importante crear una relación de confianza para que la información fluya con naturalidad.
- No optes por una actitud defensiva. No todos los profesores tienen siempre la razón, pero tienes que dar un gran margen de confianza. Intenta ser proactivo y sacar provecho, no defender una postura u opinión.
- Constancia. Todo será más fácil si te reunes con cierta constancia con el tutor de tu hijo. Puede ser una buena idea una reunión en cada evaluación, pero no te cierres a hacer alguna más a mitad del trimestre para adelantarte a los resultado.
Es importante que preguntemos abiertamente si nuestro hijo necesita clases de refuerzo escolar y escuchar la recomendación del tutor o del profesor de la asignatura. No es necesario que sigamos su consejo a ciegas, hay que escuchar primero.
Lo último que debemos hacer para saber si nuestro hijo necesita refuerzo escolar o no, es contactar con profesores particulares. Debemos exponerles nuestro caso y él puede que nos de el mejor consejo.
Puede que no cualquier profesor particular pueden solucionar los problemas de nuestro hijo. Así que si es un buen profesor y es honesto nos sabrá aconsejar bien, tanto si buscamos clases particulares para niños de primaria como para otros niveles.
Hay algunos niños o adolescentes que tienen malos resultados porque tienen problemas de concentración o capacidades distintas a las de los demás, en estos casos es difícil saber qué es lo que más les conviene.
Hay centros especializados en detectar este tipo de situaciones y recomendar el tipo de profesor que hace falta.
Lo más importante a la hora de contratar un profesor particular es detectar el problema y saber quien y como se puede dar solución. Si ya te has decidido estas son las cosas que debes tener en cuenta:
- No sobrecargues a tu hijo de trabajo. Es lo que suele pasar si ante los primeros síntomas contratamos refuerzo escolar sin valorar otras opciones antes.
- Que el trabajo en clase y en casa no se contradigan. Los padres deben servir de interlocutor entre las clases particulares y los profesores del colegio o instituto, para no confundir al alumno.
- No consideres el refuerzo escolar como un castigo o un fracaso. Si tu hijo ve el refuerzo o el apoyo como algo negativo lo único que vas a conseguir es el efecto contrario.
Asegurate de que tu hijo puede aprender con actividades lúdicas en clase. No es conveniente intervenir, pero si contratas un profesor que sature a tu hijo podrás tener muchos más problemas de los que ya tienes.
Ante todo tienes que considerar que un profesor particular y que unas clases de refuerzo son siempre el aliado de tu hijo y de la educación en las escuelas. Y que esto es algo que acabará dando sus resultados, aunque lleve su tiempo.