Dar clase de piano a los más pequeños, puede parecer todo un mundo, ¡pero nada más lejos de la realidad!
Trabajar con niños requiere sobre todopaciencia y observación, ya que cada uno tiene su propio carácter, su forma de entender la música y sus propias habilidades naturales y a la vez sus dificultades. Ningún niño es igual a otro.
Teniendo esto en cuenta, es fundamental hacer las clases amenas, divertidas y creativas. No podemos pretender que un niño permanezca dos horas sentadas en un taburete obedeciendo todo lo que le digamos. El truco está en hacer que disfruten de la clase.
Algo que me funciona muy bien esbuscarles en Youtube la partitura que van a tocar, así ven que lo que van a hacer en clase no está desvinculado de sus aficiones diarias. Además pueden escuchar varias versiones, y cuando van a tocarla ya les resulta familar.
Es algo sencillo que todos los profesores de música podemos poner en práctica y refuerza de manera muy positiva la forma de ver la música. Tenemos que intentar averiguar como piensan y desde esa perspectiva hacer que comprendan lo que estan haciendo, y justo esto lo hago de la siguiente forma: toco yo la partitura y ellos simplemente observan. Después les hago una serie de preguntas: ¿has visto lo que he hecho con la mano en este compás?, ¿has sabido seguir la partitura?, ¿suena alegre o triste?...
Empezá a dar clases particulares
Las clases de piano, al ser interactivas, hacen que nuestros alumnos aprendan de una forma rápida, amena y feliz.