Una vez que tenés las ideas-clave (es decir, aquellas que se repiten varias veces, o bien aquellas que explican el título del texto o de la unidad de análisis), estás lista /o para armar un esquema que te permita ordenar la información más importante del texto. Para esto, existen varios métodos, algunos de los cuales son los siguientes.
Todos los métodos sirven para cualquier materia, pero algunos calzan mejor con determinados temas. Por ejemplo, para una novela histórica te conviene usar una línea de tiempo (sobre todo si los hechos no están presentados de manera cronológica). Si tenés que analizar dos ejes (como la función de los mitos y de las leyendas), es mejor aplicar un cuadro de doble entrada. Para volcar una gran cantidad de datos, lo mejor es la red conceptual.
1) Línea de tiempo
Ideal para los temas de Historia, pues permite visualizar las fechas y los acontecimientos más importantes. Clave: los hechos deben estar escritos de manera muy concisa, para que la línea de tiempo no se convierta en un resumen.
2) Cuadro de doble entrada
Te permite insertar datos que responden a dos criterios diferentes. Un ejemplo de esto es el listado comparativo de características de los mitos y las leyendas.
3) Red conceptual
Con ella podés establecer relaciones que te ayuden a aprender conceptos. Veamos un ejemplo:
Sea cual sea el método que elijas, guiate por tus ideas-clave. Recordá que los esquemas son una herramienta que te ayuda a fijar conceptos, no un resumen. Por esto, la información debe ser concisa.