El propósito de este blog es demostrar al lector que es posible desarrollar su nivel intermedio inservible y que no es tan difícil aprender más allá del “I’m fine, thanks” de rigor y llevar esta gramática oxidada que arrastra desde el colegio a un nivel práctico y divertido en la vida real. Que hay vida después del aprobado en inglés en segundo de bachillerato, en definitiva. Ea!, lo he dicho J
El secreto está en el interés. No en la paciencia, no en las interminables repeticiones ni en los innumerables ejercicios gramaticales sino – sí, no te sorprendas – en el interés que le pones al inglés y, en realidad, a cualquier otro idioma con el que estés luchando.
En mi escritorio tengo un sinfín de cuadernos, libretas, libretitas, notas, hojas sueltas y post-its con palabras y expresiones enteras, con frases ingeniosas y otras más “útiles” que me han llamado la atención en canciones, películas, libros, etc. Suelo irlas “pillando” sobre la marcha y las garabateo en cualquier trozo de papel que tenga a mano para releerlas más adelante. Y las releo.
A continuación te contaré algunas de mis tácticas para aprender de todo y en las entradas sucesivas compartiré contigo algunos de mis tesoros anotados y te enseñaré a hilar las palabras y los temas para abrir el campo de tu conocimiento y aprender de todo.
Llegados a este punto, es aquí donde he de enumerar algunos de mis métodos. Aquí tienes los más frecuentemente empleados:
1. Leer, leer, leer. Sé que suena repetido, pero realmente se trata de un cálculo muy sencillo: Cuanto más entre en tu cabeza, más se quedará dentro. No digo que te pongas con los clásicos rusos traducidos al inglés, pero podrías leer un relato corto, un artículo del blog que te gusta (no vale el mío porque está escrito sobre todo en español), la letra de una canción o cualquier otra cosa que tengas a mano.
Tips: Cuando no tengas tiempo para una lectura en condiciones, lee cosas pequeñas en internet. Yo suelo divertirme mucho con citas famosas (quotes), comentarios sarcásticos (sarcastic one-liners) y hasta sinopsis de películas.
2. Escribir. Sí, porque además de practicar la ortografía, el lenguaje escrito da rienda suelta a nuestra imaginación y – liberados de la inminente presión de la comunicación verbal – encontramos las ganas de expresarnos mejor sobre el papel. Así es cómo vamos a salir de nuestra zona de confort y de la acotada lista de nuestro limitado vocabulario y vamos a intentar decir cosas nuevas. La escritura deja lugar a las búsquedas en diccionarios y memorias de traducción online y expande nuestros horizontes lingüísticos.
3. Pensar en inglés. ¿Y eso qué quiere decir? Pues sencillamente que tenemos que intentar involucrar el idioma que estamos aprendiendo en nuestro día a día. Aquí es donde entran el interés por el lenguaje y la curiosidad. Si cada vez que decimos algo nos preguntamos cómo se diría en inglés posiblemente acabaríamos por buscarlo en el diccionario o – ¿Para qué engañarnos? En Google Translate – y expandiríamos nuestro bagaje lingüístico.
4. Aprovechar las inmersiones. Está claro que no todos podemos permitirnos un curso en el extranjero pero nadie nos impide sumergirnos todos los días en la lengua que estamos aprendiendo mediante una película o un capítulo de nuestra serie favorita en inglés y sin subtítulos (o subtítulos en inglés). O escuchar la radio en inglés de camino al trabajo. Y si tomas nota de lo que aprendes, de todo lo útil que puedas extraer de tu inmersión diaria, mejor todavía. Podrías llevar siempre una pequeña libreta contigo e ir anotando todo lo que te parezca útil, ingenioso o curioso y releerla al menos una vez al día. Se trata de memorizar expresiones enteras para que al hablar nos salgan de manera más natural.
Bien pues, aquí me despido. La próxima vez te mostraré algunas de mis frases sacadas de películas o lecturas y ahondaremos más en lo que puede aprenderse a raíz de cada una de ellas.
Mucho ánimo y no desesperes. Ésta es la buena J