La clase: un tren que no sólo carga contenidos y asignaturas.

A diferencia de lo que muchos creen, dar una clase de una materia en específico, es todo menos ese contenido específico.

Es primero, tener ganas de conocer al estudiante para así lograr el objetivo. Porque la docencia tiene mucho de empatía.

Es ser capaz de reconocer debilidades y fortalezas, reforzar habilidades y crear nuevos hábitos que sean útiles para el objetivo a alcanzar; ya sea éste un examen o alguna estrategia (estudio, redacción, resolución de ejercicios, etc.).

Tanto alumno como profesor deberán establecer una especie de contrato verbal en el que el primero tenga la responsabilidad y lo más importante de conseguir (que muchos profesores no lo trabajan), la confianza para preguntar y expresar sus dudas o cuestiones, teniendo claro que esto será un trabajo que demandará tiempo, dinero (porque pagas la clase) y sí, malos ratos.

Un profesor debe ser capaz de guiar al estudiante hacia lo que yo llamo "Independencia para el autoaprendizaje", terminología que desarrollaré en más adelante.

Observar la manera en cómo el alumno aprende da al profesor pautas para diseñar un programa pedagógico que sea exitoso, usando como base las aptitudes y talentos del propio estudiante.

Todo lo anterior, sumado también al conocimiento emocional del alumno.

Un alumno no es sólo un intelecto para alimentar y desarrollar. Es, entre otras cosas, un corazón que siente, es una mente que analiza y todo ello incide directamente en su éxito escolar.

Ya no sólo es tratarlo como estudiante, sino como persona. Muchos son los estudios que hablan de la correlación entre aprendizaje y bienestar emocional; cuando aprendemos no sólo involucramos el cerebro, también involucramos nuestro corazón, sensaciones y sentimientos.

En mi larga trayectoria puedo corroborar lo que os cuento antes, de primera mano; conforme me he involucrado en el bienestar emocional de los alumnos, he visto que esto gatilla motivación e inspiración para trabajar. Cuando ellos le encuentran el sentido a lo que hacen, es cuando ese contenido se ha retenido en el cerebro, se ha aprendido.

Hablar de los roles que debe jugar un profesor en una clase es un tema que da... ¡Incluso para clases! ...Es extenso y entran en juego disciplinas como la psicología, la antropología y por qué no, la medicina; aparte de la propia pedagogía.

Probablemente vuelva a hablaros más al respecto en otro artículo. Con éste he querido presentarme ante vosotros y que sepáis un poquito de cómo veo y siento mi trabajo.

Ser un buen profesor no es sólo ser conocedor de un contenido.

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