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AMIGARSE CON LA LECTURA.COMPRENDER COMO ACTO IMPRESICINDIBLE EN EL ESTUDIO

Hace unos días que vengo reflexionando sobre lo que nos pasa con la lectura, en especial cuando tenemos que ponernos a estudiar. Es raro que unos haga una pausa en el momento en que estudia y se pregunte ¿cómo leo?

Te comento que la pregunta es sumamente pertinente, si queremos estudiar necesitamos poder comprender lo que leemos. Hay ocasiones en que esa lectura se dificulta por factores inconcientes, nuestra dispersión diaria nos quita la cuota de concentración necesaria para leer.

¿Te a pasado que al leer se te confunden los renglones? Te cuento que es algo que puede pasar como asi también invertir el orden de las palabras. En algunos casos leemos por partes o silabeamos la palabra.

En una oportunidad conversando con un estudiante detectamos que se acercaba demasiado al texto para leer y eso solo le impedía observar desde una distancia acorde.

Estos errores pueden estar relacionados con el diagnóstico de dislexia pero, algunas veces, se producen por dificultades en la enseñanza, por un aprendizaje inadecuado o insuficiente o también por la influencia de aspectos contextuales que nos rodean e incluso, puede influir el estado emocional y psicológico. Por esto, es necesario identificar bien las causas de estos errores, para no cometer faltas en el diagnóstico y en la intervención.

Hay múltiples razones para que esto ocurra, sin embargo podemos trabajarlo. El dialogo con un tutor te puede permitir espacios para trabajar algunas de estas dificultades.

Reconocer nuestra particular forma de estudiar, asumiendo el desafío de autoevaluarse (algo que a todos nos cuesta ja) es un escalón necesario para obtener mejores resultados en el estudio.

Trabajar en espacios amistosos para poder habilitar la palabra en un encuentro con los textos de manera humilde y respetuosa nos enriquecerá la vida.

Con respecto a algo que me preguntan seguido, el bendito tema de la velocidad en la lectura La velocidad está determinada por muchos factores. Entre estos figuran: movimiento de los ojos, número y duración de las pausas del ojo, alcance de la percepción, vocalización, madurez del lector, su inteligencia y familiaridad con la materia, modo de leer, clase y cantidad de lectura, aspecto tipográfico de la obra. El ojo se mueve a lo largo de la página en una serie de saltos con pausas intermedias. Cuando se llega al final del renglón, se hace un largo movimiento de retroceso hasta el principio del siguiente. Las pausas condicionan la velocidad de la lectura porque únicamente cuando se encuentran en reposo pueden los ojos ver. Por lo tanto, el tiempo requerido para leer un renglón depende del número y duración de estas pausas.

Una buena percepción y cuidadosa comprensión van a ayudar a mejorar velocidad en la lectura. Al leer números o palabras en idioma extranjero, la percepción es más lenta y consecuentemente disminuye la rapidez.

Si queres que conversemos puntualmente sobre tu estilo de lectura para mejorar la interpretación, estoy a tu disposición

Andrés Luraschi

Profesor