El ambiente del juego simbólico es un espacio parecido a una ludoteca donde los niños adoptan los roles que tienen los adultos e intentan imitar situaciones de la vida cotidiana. Por ejemplo, disponen de una tienda con alimentos de madera y una caja registradora y también de una casa donde hay una plancha, un sofá, una lavadora, una cocina... Todos estos materiales están diseñados y pensados para que los niños se sientan incluidos y, por lo tanto, todo está en su alcance y a su altura. A partir de los diferentes espacios dentro de este ambiente, los niños y niñas se organizan como quieren y crean su propio juego. Gracias a este ambiente favorecen y refuerzan la relación con otros compañeros y compañeras y aprenden a ser más imaginativos y creativos.
Anna es profesora de primero de primaria y es la encargada de este ambiente y, mediante la observación, es capaz de identificar el estado emocional de los niños y como se relacionan entre ellos. Por ejemplo, la tarde que fui al ambiente de juego simbólico, había un grupo de niños que organizó un juego de familia donde cada uno de ellos adoptaba un rol. Un niño,
decidió hacer de niño reciente nacido y, en un principio yo no lo supe interpretar, puesto que
no conocía al niño. Anna me explicó que este niño había tenido una hermana hacía poco y, por lo tanto, en este juego él quería hacer el rol de bebé para sentirse protagonista en aquel momento. Gracias a esta interpretación de Anna, me pude dar cuenta de la importancia del juego por los niños y niñas y como de importante es jugar para que se puedan expresar.
Por otro lado, el alumnado que está en segundo y tercero de primaria tiene que realizar el plan de trabajo y, una de las propuestas de este ambiente es disfrazarse y recrear un cuento
clásico a través del teatro. En este caso, yo ayudé las alumnas a recrear la obra y me introduje como personaje de la bruja de Hansel y gretel del autor Engelbert Humperdinck.