Cada vez encuentro más casos, en los que los alumnos intentan hacer el ejercicio, creen que saben hacerlo, pero resulta que lo único que hacen es intentar copiar lo que recuerdan de ejercicios similares.
Y aunque parezca la excepción, esto se está convirtiendo en la norma. Parece que no les preocupa el fondo del problema, su utilidad y consecuencias, solo preocupa la inmediatez y el "ya mismo". Sabiendo que esa técnica de estudio, al copiar un tutorial de Youtube, o algunos ejercicios resueltos, nos ayudan, pero tan solo rascan la superficie. Incluso algunos se consideran autodidactas, sin embargo, lo único que les convierte es en autómatas, a los que si se les saca de su área programa, tan solo saben quedarse congelados o realizar una gran cantidad garabatos demostrando una capacidad de error exponencial.
Pero hay esperanza, si se les enseña a ver sus errores, y a enfrentarse a los problemas como a un reto, la capacidad de mejora es enorme, y una vez que se encuentra el camino que seguir, es mucho más fácil que adentrarse en la selva a machetazos, sin brújula y bajo el manto de la desesperación.
Por desgracia, el sistema educativo actual, parece premiar este último modo de estudio, sin preocuparse qué tan bien aprenden los alumnos sino cuánto se les enseña. Y es que si los cimientos fallan, los chicos sienten que están empezando por el tejado. Pero, actualmente, está empezando un movimiento docente que clama por enseñar menos, enseñar mejor y de esta forma que aprendan de verdad.