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CLASES DE BATERÍA - Drum covers y películas de Karate (Parte 2)

En un drum cover vemos el resultado de varias pruebas dónde se escoge la mejor interpretación. No sabemos si lo que observamos es la primera toma o el resultado de días de pruebas. El movimiento de las cámaras y la edición favorecen que veamos el golpe justo en el momento adecuado dándonos una sensación de perfección y espontaneidad que nada tiene que ver con la realidad de un concierto convencional. En un drum cover todo está al servicio de un único instrumento resaltando cada mínimo detalle. Todo está bien si entendemos que su finalidad es entretener y que en nada se asemeja a la labor real de un batería dentro de una banda.

En un músico experimentado quizás estas diferencias sean más obvias ya que comenzaron tocando en bandas donde los fenómenos asociados a Internet no existían. De hecho, recuerdo a algún músico veterano que, viendo los primeros covers, me decía lo siguiente: -si se te ocurre tocar así con una banda lo más probable es que te echen.-

En el caso de los músicos más jóvenes no es tan fácil puesto que algunos se han educado viendo estos drum covers hasta el punto de ser su principal fuente de alimento musical. De hecho, el fenomenal éxito de algunos de estos Youtubers musicales fomenta la creencia de que eso es tocar bien la batería. Cómo ya sabemos, tocar bien un instrumento no es lo mismo en unas circunstancias que en otras.

Aquí es donde vamos a ver la analogía con las películas de Karate. Todo el mundo entiende que nada tienen que ver con un enfrentamiento en la vida real. Sabemos que se trata de actores muy bien preparados donde se pretende entretener con una situación completamente ficticia. Todos vemos como lo hacen y sin embargo nadie piensa que eso pueda suceder de la misma manera en la vida real. En estas películas vemos coreografías ensayadas donde los sonidos y los cambios de cámara favorecen el ritmo de la acción. Si esto se compara con una pelea real veremos que en nada se parecen. Si observamos cualquier competición de deporte de lucha real veremos cómo se emplean técnicas diferentes puesto que la finalidad es otra. De hecho, las peleas reales pueden resultar tremendamente aburridas si las comparamos con las de las películas. En la música sucede lo mismo. Ver a un batería tocar en una banda puede resultar mucho menos llamativo que ver un cover pero hay que entender que ambas situaciones manejan códigos distintos y tienen finalidades diferentes.

No obstante, es obvio el gran componente motivacional y de entretenimiento que tienen estos covers. Pero, además, se puede aprender mucho de ellos. Son una fuente inagotable de técnicas y recursos de sonido que pueden estimular nuestra imaginación. Es bien cierto que todo lo que aprendemos con dichos covers necesita cierta modificación para que funcione en el contexto real de una banda, pero esto no le resta valor. Toda información, debidamente entendida, es muy válida.

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